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miércoles, 19 de septiembre de 2007

1963: Un verano francobelga

En El rincón de Mortadelón se mostraron en su día unas páginas de MyF y Trapisonda que “rompían” con el resto de la producción ibañezca, más trabajadas, distintas de todo lo anterior. Fuera de contexto, sin conocer la fecha exacta de su publicación, llegó a hablarse de un “eslabón perdido” en la carrera del dibujante.

Ahora, gracias al aficionado Paco Martín, que me ha enviado la página de los detectives en su publicación original, es posible establecer un contexto aproximado para estas “rarezas”.

1963 marca un punto de inflexión en la carrera de Ibáñez. En el lustro que lleva en la editorial, ha conseguido afianzarse gracias a su capacidad de trabajo. Su creciente ritmo de producción (ya ha colaborado en prácticamente todas las revistas de humor de la casa, incluida la femenina Blanca) le ha llevado a evolucionar rápidamente en su dibujo.

Este año resulta especialmente relevante desde el punto de vista estilístico. Tanto en Sacarino como en Mortadelo ha adaptado gags de su admirado Franquín procedentes de su serie Gaston Lagaffe, que en ocasiones es una traslación literal de la historieta y en otras una inspiración. Para comprobarlo, basta con revisar la reciente edición en nuestro país de los álbumes de Tomás el Gafe y compararla con historietas antiguas de los personajes de Ibáñez.

En el verano de 1963 se publican las historietas de Trapisonda (Capitán Trueno extra 177, junio) y MyF (Tío Vivo 122, Julio), a las que habría que añadir las historietas especiales de dos páginas cada una El primo de Frankenstein (El DDT extra verano) y Relato cruel del asalto…a un banco que era así de alto (El DDT Almanaque para 1963).

En estos casos aislados, el autor asimila por completo el estilo de Franquín, no exento de copia: el personaje de negro que aparece en la página de MyF está literalmente extraído del episodio de Spirou y Fantasio Las reducciones (1958-59) y los fondos y la ambientación general de El primo de Frankenstein son herederas directas del episodio QRN en Bretzelburg (1961-63). Incluso, al final de esta historieta, un cartel de la penúltima viñeta hace una jocosa referencia a la villa de Zampalburg.

La cuestión es ¿Porqué no continuó con este estilo?. Quizá la respuesta haya que buscarla en la posible desaprobación de Rafael González, el severo director de las publicaciones humorísticas de la casa. Un hombre de ideas tradicionales e inmovilistas, como lo prueba la resistencia al cambio y el mantenimiento a toda costa del statu quo de las revistas bruguerianas mientras estuvo al frente de las mismas. Puede que González diese a Ibáñez un toque de atención para que se olvidara de experimentos y retomase su estilo.

O quizá se tratase de un capricho del propio autor, para, parafraseando a Iznogud, ser Franquin en lugar de Franquín, siquiera por un instante. Quien sabe.

En cualquier caso, el estilo de Ibáñez salió fortalecido del experimento, mejorando su diseño Standard e iniciando una nueva y brillante etapa de su ya afianzada carrera.

7 comentarios:

Gordito Relleno dijo...

Puede ser que el cambio de estilo se deba a la moda francobelga que imperaba entonces, pero Ibáñez se dio cuenta que el ritmo de producción podía verse disminuido al entrar en tanto detalle y decidió seguir en una línea menos recargada. También influiría que el lector español no valorara en tanta medida el dibujo y fuese directo al meollo de la historieta, a la acción, sin valorar demasiado que la chaqueta del personaje tuviese más o menos arruguitas.

De todas formas, esta época de Ibáñez es muy buena y la posterior estuvo cuajada de éxito, aunque servidor valora mucho el Ibáñez previo precursor de un tipo de humor caústico que luego desarrollaría.

Antonio Tausiet dijo...

Ya decía yo en la prehistoria que esto era Ibáñez y no apócrifo, querido amigo. De niño me fascinaba esa página. Ahora mi humilde aportación ha sido poner un enlace en nuestro 13, Rue Bruguera, apartado Mortadelo. Entiendo que completa muy bien con 1963 aquella evolución gráfica que firmamos juntos. Abrazos.

Iznogud dijo...

¿Qué hubiera sido de la triunfante carrera de Ibáñez si hubiese mantenido este estilo más trabajado? La Editorial Bruguera le "forzó" a publicar más cantidad que calidad y, pese a el excesivo trabajo fue una época brillante y con un dibujo muy bonito. ¿Podría ahora el genial Ibáñez, con menos exigencias en cuanto a cantidad, intentar dibujar de esta forma? Tal vez demasiados años encima y una forma de trabajo ya establecida que si le da buen resultado ¿para qué cambiarla?

Mortadelón dijo...

100 % Ibáñez,como decía :P, si es que la narración de sus historias no la pueden imitar ni cien apócrifos. Qué gustazo contemplar la página original de la historieta en blanco y negro. ¡Gracias por despejarnos las dudas!

Migsoto dijo...

Amigo gordito, Ibáñez siempre ha defendido que su dibujo cuanto más desnudo mejor, porque según él, al lector no le interesa el dibujo tan bien terminado. La justificación perfecta de un autor pragmático y sobrecargado de trabajo, aunque para mí esa afirmación puede aplicarse al Sulfato Atómico y posteriores, en esta época más temprana quizá aún le quedaran ganas de experimentar y cuidar más el dibujo.
Tausiet,compañero, cuanta razón tenías. La verdad es que a mi esta página me despistaba por completo al contemplarla fuera de contexto. Yo la conocí de más mayor. Pero ahora, al ver la correlación con las demás la incógnita queda despejada. A ver si le damos un nuevo impulso a nuestra página, un abrazo.
Siempre me he preguntado lo mismo, amigo Iznogud. Y como apuntas, en un pasado quizá hubiera sido factible (sobre todo si se hubiera llevado consigo sus personajes a cualquier otra editorial española o extranjera cuando a finales de los sesenta, mientras realizaba Valor y al toro, por diferencias con Bruguera) pero ahora, ya mayor y con un público establecido sería muy dificil verle hacer cualquier alarde gráfico en el que además no cree.
Y gracias también a tí, Mortadelón, por ser el primero en mostrarnos estas páginas y haber inducido al debate y a la búsqueda.

maginelmago dijo...

Un argumento a favor de que se dibujaron durante la misma temporada ("el verano francobelga", un intervalo de un mes y algo) es la cercanía de los "numeritos de Bruguera" (números de registro de entrada de los originales y vinculados a los pagos a los autores): Trapisonda 37438 (en parte superior derehca de la última viñeta ) y Mortadelo 40014 (dentro de viñeta 7). Son apenas 3000 numeritos de distancia (hay que contar con la cantidad de originales que eran admitidos continuamente).

Me parece curioso no localizar numeritos en las historietas de dos páginas.

Sobre la posible falta de aceptación por parte de Rafael González: siempre me ha parecido curioso que la historieta de una cabalgata de Reyes Magos (Navidad) se publique como historieta de primavera o algo así (Asalto cruel...). Pienso que se retuvieron esas páginas hasta nueva orden... o tal vez es que llegaron tarde, precisamente por lo detallado del dibujo.
Pero, entonces ¿no fue Rafael González el que permitió el dibujo francobelga tiempo después? ¿Por qué aceptó los plagios de dibujo y guión en 1966? ¿Y en 1969? O lo aceptó a regañadientes y por eso luego Ibáñez volvió a las cinco tiras de viñetas (¿Ve usted lo que le dije, Ibáñez, que va más lento y cobra menos?)

maginelmago dijo...

Otra opción: el dibujo, aunque parece bien dibujado, en cuanto a detalles (solapas, etc.) se ve bastante rígido (página de Mortadelo y de Trapisonda): puede que eso fuera determinante para que no forzara tanto esa imitación francobelga.

¿Imitación o calco?