La visita de hoy está plenamente justificada por la epidemia de fiebre etrusca que se ha desatado en los tebeos de Bruguera. Mala suerte para Rigoberto, que en lugar de leer la prensa se quedó embobado con el Pulgarcito. Página publicada en el nº 1523 de la revista (julio, 1960).
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