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miércoles, 21 de noviembre de 2007

Fantasmas (IV)



Parece que ha dado de sí esta serie dedicada al mundo fantasmal. La he alargado porque, casualmente he descubierto después otras dos imágenes, la temática del maestro Vázquez, que hay que ver el partido que le sacaba a una misma idea, y de propina un fantasma de color, la nota absurda de Schmidt.



lunes, 19 de noviembre de 2007

Ibáñez en Cartagena



El 50 aniversario de Mortadelo y Filemón está acaparando en las últimas semanas el interés de los medios. Fiestas, homenajes, artículos en los principales diarios del país, y las giras por las principales ciudades de España. ¿Dije principales? Por eso me llamó la atención la noticia de que Ibáñez iba a venir a mi ciudad, de tamaño e importancia más bien discretas. No es la primera vez desde luego. Estuvo cuando el 40 aniversario, y hace un par de años en El Corte Inglés. Pero uno no deja de considerarse un privilegiado por tener la posibilidad de conseguir una firma en una conmemoración tan especial. Y una vez concretado el día y la hora, me dirigí hacia la feria del libro con mi recién adquirido Gran Libro para que el maestro me estampase su dedicatoria y un Mortadelo. Iba bien de tiempo, las 18: 30, y estaba previsto que Ibáñez firmase a partir de las 19: 00 horas. Lo que no esperaba es que la cola llegase casi hasta el fondo del patio. Hasta que uno no está en una de estas colas kilométricas, no entiende del todo la expectación que sigue generando el creador y sus personajes tantos años después. Mortadelo y Filemón forman ya parte indisoluble de la historia personal de generaciones de españoles, que se veían reflejadas en esa cola, en cualquier cola de España. Los niños amenizaban la espera leyendo su mortadelo recien adquirido, y los padres escogían su mejor volumen para traerlo a la sesión. Un aficionado trajo un incunable, la primera edición de El Sulfato Atómico.


A las 19: 00 en punto Ibáñez entró en la sala de prensa, acompañado de las cámaras y más gente que imaginé serían periodistas para unas declaraciones de prensa o radio. Al día siguiente leí que la alcaldesa le regaló al autor un pastel con motivo del cincuentenario de los personajes.

La cola se movía lentamente, mientras seguía creciendo y creciendo y se doblaba ahora hacia la puerta de entrada. Dias antes se había dado la noticia de que sólo estaría firmando una hora, cosa de todo punto improbable habida cuenta de las multitudes que sólo Ibáñez es capaz de convocar.

En la larga espera, se podía observar la expectación de los aficionados, sus ilusiones, sus comentarios. Relataré sólo uno por significativo. Detrás de mí había dos niños, chico y chica, de unos 8 a 10 años, acompañados por una pareja de adultos. El hombre preguntaba a los chicos, medio en broma, por su afición a los personajes. A la chica le preguntó si ella leía a Ibáñez o a Mortadelo. La niña le respondió con toda lógica que a Mortadelo, porque Ibáñez es un señor y no se le puede leer. Un rato más tarde, el de las preguntas indiscretas increpaba al chico sobre lo que le gustaría ser de mayor. Sin dudarlo, éste respondió: “Yo quiero ser lector de Mortadelo”.


A las 22:00 horas y algún minuto me tocaba por fin el turno. Ya empezaba a notarse el frío combinado con el entumecimiento del plantón. Le acababan de traer al maestro un “asiático”, un café con licor oriundo de la zona, que Ibáñez tomó en dos largos sorbos, tan rápido como habla, o como despacha a sus lectores. “¿Para quién es el álbum?” Me preguntó, y en unos segundos, con su acostumbrado trazo rápido, entrenado en tantas sesiones de firmas, me dibujaba un Mortadelo, este que pueden ver aquí.


Eso hubiera sido todo sino fuera porque mi acompañante le comentó que yo había escrito un libro sobre los personajes. Con su ironía habitual me preguntó: “Pero, ¿me pones bien o como hoja de perejil?” le contesté que bien claro, y me estrechó la mano con su característica sonrisa en los labios.


Así terminaba mi pequeña odisea en pos de la preciada firma. La cola aún alcanzaba la misma longitud que cuando nos incorporamos tres horas y media antes.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Fantasmas (III)



Coincidiendo con la "trilogía Mortadelo-Hulk" de El rincón de Mortadelón, aquí termina La amenaza fantasma...digoo la trilogía dedicada a los fantasmas, en esta ocasión con Ibáñez y Gosse.

En la primera imágen, Ibáñez mezcla fantasmas con niño terrible, con pinta campesina además.


No podía faltar la página temática, la única que conozco, aunque es probable que hiciera alguna más.


Y de propina, la versión made in Gosse de nuestros amigos ensabanados.



domingo, 11 de noviembre de 2007

Más fantasmas de Vázquez



¿Creían que el tema fantasmal se había agotado ya? Nada de eso, como pueden ver Vázquez tiene cuerda para rato y es capaz de seguir sacandole partido. No se la razón, pero es curioso comprobar como en este, más que en otros temas, hay abundancia de páginas, al menos las que hemos podido encontrar, y no sólo de Vázquez, sino también de otros autores. ¿Qué tendrán los fantasmas para que los autores los traten con tanta insistencia? En una próxima entrega, los fantasmas de Ibáñez.

pd. como algunos chistes van sin firma, creo que se ha colado un gazapo y hay un chiste que no corresponde al autor. ¿Sabrían decirme cual?








jueves, 8 de noviembre de 2007

Una de fantasmas




Una antología esta vez de imágenes de Vázquez relacionadas con los seres del más allá. En la época dorada de las revistas semanales, años 50-60 del XX, las temáticas se sucedían de forma vertiginosa. Tanto, que los temas tendían a repetirse por agotamiento. Aquí le hemos visto una vena fantasmal al autor de Anacleto, vean sino las distintas muestras:









martes, 6 de noviembre de 2007

Historias para no leer a medianoche

En estas fechas de tenorios y santos difuntos, les dejo un acercamiento a lo sobrenatural de los maestros Vázquez e Ibáñez en sendas páginas de tema . Probablemente se trate de entregas de la serie La Historia esa, vista por hollywood remontadas para la ocasión, pues se reeditaron en un Mortadelo Especial Terror. Otro día les traemos una antología de fantasmas.